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.Parecía comosi el universo entero tratara de aplastarme.Me concentré en el mundo rojo de la Joya.Izquierda.Los castaños en flor.Una taza de chocolate caliente en la terraza de un café.Elconcierto de una orquesta en los Jardines de las Tullerías y los sonidos dispersándose através del aire de la mañana.Berlín en los años veinte, el Pacífico en los treinta: sentíplacer entonces, pero diferente.Tal vez no fuera el verdadero pasado, sino las imágenesde un pasado que, más tarde, retorna para confortarnos o atormentarnos.a un hombre oa una nación.Poco importa.Cruzo el Pont Neuf y bajo por la Rué Rivoli, junto a losautobuses.Los pintores ante sus caballetes en los Jardines de Luxemburgo.Si todoacaba bien, tal vez algún día busque una sombra igual.Estaba a la altura de mi Avalón.Había olvidado.Los detalles.Las pinceladas que conforman la vida.El olor de los castaños.Camino.Finalicé otro circuito.El viento aullaba y la tormenta rugía, pero no merozaron.Mientras no permita que me distraiga, mientras siga avanzando y mantenga miconcentración en la Joya.Tenía que resistir, tenía que seguir dando esos lentos ycuidadosos pasos, sin detenerme nunca, cada vez más despacio pero en constantemovimiento.Rostros.Parecía que filas interminables de caras me contemplaran desdemás allá del borde del Patrón.Grandes, como La Cabeza, pero retorcidas: sonriendo,mofándose, burlándose de mí, esperando que me detuviera o diera un paso en falso.Aguardando que todo el proceso se desmoronara a mi alrededor.Estallaban relámpagosdetrás de sus ojos y en sus bocas, su risa era el trueno.Las sombras se arrastrabanentre ellos.Y me hablaban, con palabras surgidas del vendaval de un oscuro océano.Fracasaría, me decían, fracasaría y sería arrastrado, y este fragmento de Patrón acabaríaconvertido en pequeñas piezas a mi espalda mientras yo era consumido.Me maldijeron,escupieron y vomitaron en mi dirección, aunque no me rozaron.Quizá no estuvieran ahíde verdad.Tal vez mi mente cedió ante la presión.Entonces, ¿qué sentido tenían misesfuerzos? ¿Un nuevo Patrón creado por un loco? Vacilé, y repitieron a coro: «¡Loco!¡Loco! ¡Loco!».Su voz era la de los elementos.Respiré profundamente y percibí la fragancia que quedaba de la rosa; pensé en loscastaños una vez más, y en los días alegres de la vida y el orden orgánico.Las vocesparecieron perderse cuando mi mente recorrió los acontecimientos de aquel feliz año.Ydi otro paso.Y otro.Las voces habían fustigado mi debilidad, sentían mis dudas, miansiedad, mi fatiga.Fueran lo que fueren, se aferraron a ello y trataron de usarlo en micontra.Izquierda.Derecha.Que noten mi confianza y que desaparezcan, me dije a mímismo.He llegado hasta aquí.Y continuaré hasta el fin.Izquierda.Remolinearon a mi alrededor profiriendo palabras desalentadoras.Pero parte de sufuerza se había desvanecido.Me abrí camino a través de otra sección curva, viendo cómocrecía en el ojo rojo de mi mente.Pensé de nuevo en mi fuga de Greenwood, en la información que le saqué a Flora conmis engaños, en mi encuentro con Random, nuestra lucha con sus perseguidores, nuestroviaje de regreso a Ámbar.Pensé en nuestra huida a Rabma y en el Patrón inverso queatravesé allí para recuperar casi toda mi memoria.En la boda obligada de Random y enmi solitario viaje a Ámbar, donde me enfrenté a Eric para luego refugiarme con Bleys.Enlas batallas que siguieron, mi ceguera, mi recuperación, mi escape, mi viaje a Lorraine y,posteriormente, a Avalón.Moviéndose a más velocidad, mi mente rozó la superficie de los eventos quesiguieron.Canelón y Lorraine.Las criaturas del Círculo Negro.El brazo de Benedict.Dará.El regreso de Brand y su herida.Mi herida.Bill Roth.los informes del hospital.Mi accidente.Ahora, desde el comienzo de mi historia en Greenwood, mi mente recorrió de nuevolos acontecimientos hasta llegar a ese momento en que me esforzaba por asegurar quecada movimiento fuese tan perfecto como yo creía que tenía que serlo, noté la crecientesensación de anticipación que yo había conocido no importa que mis actos estuvierandirigidos hacia el trono, la venganza, o el concepto que yo tenía del deber , y fuiconsciente de su continua existencia a lo largo de aquellos años hasta ese instante,cuando por fin venía acompañada por una sensación más intensa.Me di cuenta de quela espera estaba a punto de concluir, que, fuera lo que fuere lo que había estadoanticipando y esforzándome por conseguir, pronto ocurriría.Izquierda.Muy, muy despacio.Esto era lo único que contaba.Toda mi voluntadestaba proyectada en los movimientos.Mi concentración era completa.No importaba loque me esperara más allá del Patrón, mi mente no pensaba en ello.Truenos, rostros,vientos.No importaba.Sólo existía la Joya, el Patrón naciente y yo mismo.y apenasera consciente de mí.Quizá esto fuera lo más cerca que jamás llegaría a estar de la ideade unión con el Absoluto que tenía Hugi.Giro.Pie derecho.Giro otra vez.El tiempo perdió todo significado.El espacio quedó restringido al diseño que estabacreando.Extraía fuerza de la Joya sin pedirla, como parte del proceso en el que meencontraba involucrado.Supongo que, en un sentido, fui destruido.Me convertí en unpunto en movimiento, programado por la Joya, realizando una operación que me absorbíapor completo, y que no me dejaba espacio para la consciencia de mi ser.Sin embargo, yen un nivel determinado, también comprendí que yo era parte del proceso.Comprendíque si fuera otra persona la que estuviera trazando el Patrón, éste sería totalmentediferente.Vagamente, percibí que ya había recorrido la mitad del trayecto.El camino se hizo másdifícil, mis movimientos, incluso, más lentos.A pesar de la cuestión de la velocidad,recordé mis experiencias cuando sintonicé con la Joya, en aquella matriz extraña ymultidimensional que parecía ser la fuente de origen del Patrón mismo.Derecha.Izquierda.No había resistencia.Me sentí muy liviano, a pesar de la premeditación de losmovimientos.Era como si una energía ilimitada me bañara continuamente.Todos lossonidos a mi alrededor se habían fundido en un ruido blanco, desapareciendo.Repentinamente, dejé de moverme despacio.La sensación no fue como si acabara deatravesar un Velo o una barrera, sino como si hubiera sufrido un reajuste interno.Sentí que avanzaba a un paso más normal, trazando espirales cada vez másestrechas, acercándome a lo que pronto sería el fin del diseño.Aún me encontrabacarente de emociones, aunque intelectualmente noté que un profundo sentido de gozocrecía en mi interior y explotaría pronto.Otro paso.Otro.Tal vez otros diez.Súbitamente, el mundo se oscureció.Me pareció que me encontraba en medio de ungran vacío, con sólo la débil luz de la Joya ante mí y el resplandor del Patrón, parecido ala espiral de una nébula por la cual avanzaba.Vacilé, pero sólo un momento.Esta debíaser la última ordalía, el asalto final.Decidí buscar la concentración completa.La Joya me mostró lo que tenía que hacer y el Patrón dónde tenía que hacerlo.Lo quefaltaba era una visión de mi persona.Izquierda
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