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.A losfugitivos les dan caza o mueren de maneras extra�as.En los puertos que festonean elMar Interior, Lankhmar, Ilthmar, Kvarch Naro, Ool Hrusp, lo consideran un lugar tanfabuloso como esta Isla de la Escarcha. �Qu� les sucedió a los dos mercenarios que eran los amantes de tu madre y tu t�a yles facilitaron la huida? Ivivis se peleó con el suyo y, al llegar a Tovilyis, se afilió al Gremio de las MujeresLibres.Mi madre estaba embarazada de m�, próxima a dar a luz, y prefirió quedarse conel suyo.Su amante, mi padre, le dejó dinero y juró que volver�a alg�n d�a, pero,naturalmente, nunca lo hizo.Se oyó una sucesión de golpes y la estrecha puerta gris se abrió y cerró.Una vezdentro, Brisa miró ansiosamente a su alrededor, a trav�s del vapor cada vez menosdenso. �Ha vuelto el t�o Fafhrd del cielo?  inquirió , �Por qu� no me has despertado?�Ah� afuera est�n sus cosas, t�a Afreyt! Todav�a no  le dijo la dama , pero hemos recibido una especie de mensajessuyos, o eso parece.Cuando las dos estabais durmiendo, Mayo me trajo el cinturón deFafhrd, que encontró colgado de un arbusto como si hubiera ca�do del cielo.Tales sonsus palabras, aunque no ha o�do tu historia.La envi� con otros en su busca y yo mismasal�, y pronto descubrimos sus botas (una sobre un tejado), la daga y el hacha peque�a,que hab�a partido la veleta de la sala del consejo. Se desprendió de todo eso para aligerar la nave cuando subió por encima de laniebla  se apresuró a concluir Brisa. �sa es la mejor conjetura que he o�do  dijo Afreyt, alargando el cazo a Brisa con elmango por delante.Renueva el vapor  le pidió.Un cazo.La muchacha obedeció.Se oyó un siseo m�s suave y el vapor caliente les envolvió denuevo. Tal vez est� esperando la niebla de esta noche  sugirió la ni�a.Estoy mucho m�spreocupada por el t�o Ratonero. La excavación del t�nel contin�a y se ha desenterrado otro indicio., un tik de hierroafilado (la moneda menos valiosa de Lankhmar) como los que el Ratonero llevahabitualmente encima.As� me lo dijo Cif cuando vino aqu� esta tarde para ba�arse ycambiarse mientras vosotras dos a�n dorm�ais.Ha habido ciertas dificultades a causa delaire, pero tu t�a se ha ocupado de eso. Le encontrar�n  le aseguró Brisa. Comparto vuestras esperanzas con respecto a los dos capitanes  dijo Dedos,volviendo un tanto a la formalidad. Fafhrd estar� bien  afirmó Brisa llena de confianza.Ver�is, creo que necesita laniebla para que le mantenga a flote, por lo menos hasta que empiece a bracear bien, y laniebla volver� antes del alba.Entonces bajar� nadando. Brisa cree que su t�o puede hacer cualquier cosa  explicó Afreyt, restreg�ndolavigorosamente.Es su h�roe. Claro que lo es  sostuvo la muchacha agresivamente.Y como es mi t�o, no puedehaber nada entre nosotros para estropearlo cuando sea mayor. Ciertamente un h�roe tiene muchas amantes: putas, inocentes, princesas  observóDedos en un tono a la vez serio y mundano.�sa es una de las primeras cosas que mimadre me dijo. �Friska?  quiso corroborar Afreyt. S�, Friska  dijo la muchacha, y entonces pensó en un cumplido que alimentara eltalante mundano del que disfrutaba.Debo decir, se�ora, que admiro en gran manera laindiferencia y ausencia de celos con que consider�is las relaciones anteriores de vuestroamante, pues el capit�n Fafhrd es sin duda un h�roe., as� lo sospech� cuando tan r�piday resueltamente empezó a cavar para recuperar a su amigo y nos dirigió a todos losdem�s para ayudarle.Me asegur� del todo cuando se remontó tan despreocupadamentepor el cielo para proseguir la b�squeda de su amigo. No s� nada de eso  replicó Afreyt, mirando a Dedos con una expresión algodubitativa , en especial mi indiferencia hace amantes rivales de cualquier edad ocondición.Es cierto que Fafhrd, por lo que dice (y el Ratonero lo mismo) ha tenido unaenorme cantidad de amantes, y no sólo de esas clases que mencionas, sino algunasrealmente fantasmagóricas, como la espectro Kreeshkra y esa princesa totalmenteinvisible del monte nevado, Hirriwi, mientras que el Ratonero tuvo relaciones con esaescurridiza Hisvet de ocho tetas., en fin, de todo, desde diablesas hasta sirenas y hadasrielantes.Pero creo que Cif y yo estamos a su altura, por lo menos en calidad si no encantidad.Hemos llevado dioses a la cama., o por lo menos les hemos dispuesto sucama  corrigió, sinti�ndose un poco culpable al recordar lo que en verdad hab�asucedido.Mientras escuchaba sus palabras con los ojos muy abiertos, Brisa parec�a un tantoincómoda.Dedos le rodeó los hombros con un brazo, dici�ndole: As� que ya ves, es mejor que tu h�roe sea sólo tu amigo y tu t�o, �verdad?Afreyt no pudo contenerse y replicó: �No est�s exagerando un poco el papel de t�a prudente?  Entonces, recordando lascircunstancias de Dedos, dejó de sonre�r y a�adió : Pero me olvidaba.ya sabes dequ�.Dedos asintió gravemente y suspiró de una manera que le pareció adecuada para unacamarera de a bordo contra su voluntad.Entonces soltó un chillido.Brisa le hab�a tiradodel pelo. Sobre el t�o Fafhrd no s�  le dijo la muchacha isle�a, haciendo una mueca , �perod�sele luego a ti te quiero como amiga y no como ti�ta! Ya es hora de que dejemos de hablar de h�roes y diablesas y nos ocupemosnuevamente de dos hombres reales. Afreyt eligió aquel momento para decir : Vamos,os enjuagar�.Y cogiendo el recipiente de agua, vertió una parte sobre las cabezas rubia y pelirroja yluego lo vació sobre la suya.23Volviendo al oscuro principio de ese mismo d�a lleno de acontecimientos, hallamos aFafhrd avanzando fren�ticamente hacia el este, alumbr�ndose con la luz de la l�mpara deleviat�n que llevaba consigo.Se deslizaba con una ligereza de pies y una exaltación febrilque le sorprend�a y alarmaba, a trav�s del helado Gran Prado hacia Puerto Salado,envuelto en la niebla, y el horizonte que se extend�a m�s all�, palideciendo con losprimeros albores [ Pobierz całość w formacie PDF ]